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La infraestructura digital y su importancia en la economía actual

La infraestructura digital es todo aquello que hace posible la operatividad de las actividades que se hacen en internet y en el entorno digital
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Imagen: Unsplash

El internet y la plataforma digital asociada a él lleva existiendo comercialmente muy poco tiempo. Alrededor de apenas 25 años. Sin embargo, ya no podemos pensar a nuestra sociedad y a nuestro estilo de vida contemporáneo sin dar por sentado este servicio. De ahí que, hoy en día, tengamos que hablar de “infraestructura digital” o “infraestructura del Internet”, para hacer referencia a todo lo relacionado con el desarrollo y la masificación de los servicios digitales. Pero, ¿qué es exactamente esto y cuál es su importancia para la economía?

De acuerdo con un artículo de Shane Greenstein, profesor de la Harvard Business School, el desarrollo de la infraestructura digital es una de las mayores preocupaciones de tiempos recientes, sobre todo debido al auge de los smartphones y el acceso a Wi-Fi, pues ello ha significado un entorno de negocio completamente único, y también sustancial. Piénsese en empresas como Uber o Airbnb, por ejemplo.

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Puesto en perspectiva, hoy en día el 80 por ciento de los hogares en Estados Unidos cuenta con al menos un dispositivo celular de estas características. En 2007, esta cifra era prácticamente de cero. De la misma forma, el 86 por ciento de estos hogares con acceso a internet utiliza este servicio en dispositivos que requieren de alguna clase de acceso por Wi-Fi. Es fácil dar cuenta del peso económico de las actividades que se desarrollan en el entorno digital. Ilustrémoslo con el siguiente dato: en 2017 las ganancias en publicidad en línea contribuyeron con casi 106 mil millones de dólares para el PIB de Estados Unidos, lo que ha significado un crecimiento de casi 3 veces respecto a los 5 años anteriores.

No obstante, no es tan fácil medir la importancia de la estructura operativa del mundo digital. Para los economistas es todo un reto medir adecuadamente la “cara interna” del internet. Esto es lo que llamaríamos “infraestructura digital”: servidores, redes de fibra óptica, líneas de banda ancha, routers y conectores de red, granjas de almacenamiento en la nube, redes de servicio de contenido, torres de celular, entre otras cosas. Todo aquello que permite que dentro del internet existan las masivas transferencias de datos e información.

Estos elementos resultan de gran importancia, pues no sólo el mantenimiento de la operación del mundo digital depende de ello, sino también las aspiraciones a expandir el acceso de estos servicios a más personas. En ese sentido, invertir y desarrollar infraestructura digital, implica mayores potencialidades de que las actividades económicas en internet tenga aún más penetración de la que hoy en día tiene. Pero además, también significa mayor eficiencia (en términos de velocidad de transmisión de datos) y abaratamiento de costos (para consumidores finales, sean usuarios o empresas).

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Así pues, existen incentivos en todos los nodos de este entorno económico para mejorar la infraestructura digital. Los proveedores de servicios de internet tienen el incentivo de construir más lineas de transmisión de datos, porque ello reduce la congestión en línea y, por ende, atraen amás clientes. O bien, al generar más capacidades operativas, se pueden recudir los costos de transmisión y recepción de datos, lo que se traduce en mayores márgenes de ganancia. Pensemos como ejemplo en aquellas empresas que se dedican a la creación y distribución de contenido digital, como Netflix, Amazon o Youtube.

Pero no sólo se queda en este nivel de transmisión de datos de empresas a clientes. El desarrollo de infraestructura digital también afecta la funcionalidad interna de las propias empresas. La capacidad operativa de una empresa ya no puede pensarse sin la cadena digital integrada a sus actividades: desde almacenamiento de información, hasta posibilidades de procesamiento y transmisión de datos a gran escala. Las áreas de “sistemas” y de “centros de datos” ya son partes constitutivas del funcionamiento de los negocios. Y todo ello, también está asociado a la infraestructura digital.

En síntesis, el desarrollo de infraestructura digital tiene múltiples expresiones dentro de su entorno económico: hace más rápida la transferencia de datos, abarata los costos de operatividad, le otorga más márgenes de ganancia a las empresas, da mayores posibilidades de expandir el acceso al internet, eficientiza el tráfico de información, y un largo etcétera.

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