Tener una tarjeta de crédito no es un juego. Con cada transacción adquieres una deuda que debe ser liquidada en tiempo y forma, a fin de evitar que se generen intereses moratorios que perjudiquen tu economía.
De igual manera, es imprescindible conocer todos los pormenores del contrato que firmas al solicitar la tarjeta. Hay distintas tasas de interés, costos de anualidad, comisiones por manejo de cuenta, etc.
En estas líneas, precisamente nos detendremos en el cobro de la anualidad de tu tarjeta de crédito. A saber, esta comisión es el precio que los usuarios pagan por tener una mejor calidad de servicio.
A saber, mientras mayores sean los beneficios de una tarjeta, más alto será el costo de la anualidad. No importa si usas o no tu plástico, debes pagar puntualmente esta comisión anual, de lo contrario se te hará un cargo por falta de pago.
Esto provoca que tu anualidad incremente, que generes intereses moratorios (con consecuencias directas en Buró de Crédito) y que no puedas utilizar tu tarjeta hasta que pagues el cobro requerido.
Ahora bien, recientemente circuló en redes sociales la demanda de un personaje público que denunciaba a un banco porque le cobraba anualidad a pesar de no usar su tarjeta.
En realidad, el banco no está cometiendo ninguna injusticia. El cobro de la anualidad se establece desde un inicio y se especifica desde el momento de contratación de la tarjeta de crédito. El cliente puede aceptar o declinar las condiciones del contrato acuerdo con sus propias necesidades.
Si no quieres pagar anualidad, puedes optar por una tarjeta de crédito distinta; o bien, cancelar tu cuenta de crédito actual de forma completamente gratuita en caso de que no la uses frecuentemente.
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