Cuando caes en una estafa o en cualquier tipo de fraude, sobre todo en lo que respecta a transacciones digitales, no es extraño escuchar la siguiente frase: “es mejor aceptar que no vas a recuperar el dinero”.
Lo que ocurre es que, cuando eres víctima de phishing, el método con el cual los delincuentes obtienen tu información financiera, es difícil conseguir la reposición de los fondos en tu cuenta.
Esto pasa por la imposibilidad de comprobar que no fuiste tú quien realizó la transacción. Como los malhechores tienen tu número de tarjeta de crédito o débito, la fecha de vigencia de tu plástico e incluso tu código de seguridad, los sistemas bancarios registran cualquier movimiento con la supuesta garantía de que tú eres el único poseedor de esta información.
Así pues, cuando te comunicas con el banco inicia una averiguación que, comúnmente, no concluye a tu favor. No importa cuántas quejas presentes, tu dinero no volverá a tu cuenta.
No obstante, existen casos distintos. Antes de pensar que alguien robó tu información bancaria, debes considerar que hay otro tipo de cargos que se realizan por error de los sistemas de pago.
En cuyo caso, si te comunicas al banco por un cargo doble o por un cargo no reconocido, la institución está obligada a darle seguimiento a tu reporte y, en caso de comprobar una falla del sistema, reponer tu dinero de forma íntegra.
Cómo denunciar una estafa
Solo tienes que marcar al número oficial de tu banco, dar cuenta del movimiento específico que no reconoces y generar el inicio de la investigación correspondiente.
Generalmente, el banco deposita un abono provisional a tu cuenta por la misma cantidad que perdiste (puedes hacer uso del dinero de dicho abono en el momento que quieras). Luego inicia el proceso y, en caso de arrojar un resultado favorable, los fondos se quedan de forma definitiva en tu tarjeta.
Si quieres más información como ésta, síguenos en Oink-Oink.